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Montañas |
El Devónico: Invasión de tierra, guerras de peces y tierra de volcanes activos |
La última etapa del Tour de France femenino lleva al pelotón a las cumbres más altas y a las rocas más antiguas: las del Devónico. Montar en bicicleta en Vosgos del Devónico, entonces ubicado justo al sur del ecuador, sería como hacerlo alrededor del Mar Rojo hoy: calor implacable, aire seco y poca vegetación. Sería muy seguro, eso sí: no correrían animales debajo de las ruedas, no habría moscas en los ojos, ni mosquitos atraídos por el sudor.
Un pequeño paso para el pez, un gran paso para la vida
OPor otro lado, la ausencia de vegetación nos dejaría sin sombra, sol a plomo. Porque en el Devónico, las plantas acababan de comenzar a invadir la tierra, acompañadas de una extraña araña o un miriápodo que se aventuró fuera del mar para alimentarse de los cadáveres que las corrientes llevaban a la orilla. Si tuviésemos mucha suerte, quizá nos encontraríamos con un animal que podría parecerse a un cocodrilo. Acecha en estanques poco profundos y usa sus cuatro torpes patas para pisar tierra firme: los antepasados de todos los tetrápodos, los animales de cuatro extremidades, incluidos nosotros mismos, todavía estaban desarrollando pulmones y patas, las necesidades básicas para salir del agua.
Guerras de peces
Este era el mundo inquietantemente tranquilo fuera del mar en el Devónico, con solo el silbido de la arena en las dunas. Ni el canto de los pájaros o los grillos, ni el zumbido de las moscas, ni siquiera el murmullo del viento en las copas de los árboles. Nuestros antepasados del Devónico no sabían muy bien cómo respirar en tierra y sus gargantas aún no estaban listas para aullar o ladrar. Pero si la tierra seca del Devónico se parecía a una superficie roja del Sáhara o de Marte, los océanos no eran tan diferentes de los de hoy, de hecho eran posiblemente más atroces. El inframundo del mar Devónico estaba repleto de peces y arrecifes formados por corales y esponjas. Los peces Devónicos estaban cubiertos con gruesas placas formando una especie de armadura y sus mandíbulas eran inquietantemente grandes. Unos peces preparados para la guerra, la violencia extrema, submarinos del pasado.
Tierra de volcanes activos
Si había algo más inquietante que los peces acorazados en la zona era la propia geología. Los Vosgos durante el Devónico eran la tierra de volcanes activos cuyas erupciones submarinas hervían los océanos y cubrían la Tierra con polvo. Las erupciones de los Vosgos aumentaron los niveles de CO2 en la atmósfera, y con ellos ocurrió el calentamiento global del Devónico. Los efectos fueron catastróficos, grandes franjas del océano se volvieron anóxicas (el agua contenía muy poco o nada de oxígeno). El aumento de la temperatura y la falta de oxígeno 'cocinaron' los arrecifes y diezmaron los organismos marinos en una de las extinciones masivas más importantes de la historia de la Tierra. De seguir como hasta ahora, nuestro mundo podría sufrir las mismas consecuencias en el futuro. Estas condiciones Devónicas marcaron época, era un buen momento para salir del océano hirviente y refrescarse conquistando la tierra. La vida en Tierra quizá sea menos desafiante hoy, pero las mujeres que escalen La Planche des Belles Filles podrán sentir que están luchando como sus antepasados Devónico.
I am a field geologist that always ends up doing fieldwork in the rainiest moment of the year. I study how the continents shuffled through time, especially in deep past times and how those movements formed mountain belts with their respective 'hors catégorie' mountain passes.
Daniel Pastor Galán
I am a palaeobiologist, so I try to understand evolutionary and ecological processes through the lens of the rocks in which they have been preserved. This is a journey from single crystals under an electron microscope to biodiversity at the scale of entire palaeocontinents. I get to share the joys of this journey with students, which is very rewarding. Check our complete team.
Emilia Jarochowska